Origen de la asociación
Para todos es evidente que nos encontramos ante una situación de crisis generalizada debida entre otros motivos a la mala gestión llevada a cabo por nuestros dirigentes. Una gestión que entre otras consecuencias ha traído consigo la aplicación de un modelo especulativo que ha usado nuestras ciudades como un bien material más, el cual debía ser aumentado únicamente desde el punto de vista cuantitativo y donde toda implicación ciudadana en sus procesos de cambio debía ser en el mejor de los casos obviada y/o(en el peor) acallada.
Ante esta situación, un nuevo movimiento reivindicativo global basado en la apropiación por parte de la ciudadanía de su papel fundamental en la toma de decisiones inunda el mundo desde hace ya algunos años. Desde casos como el de las llamadas primaveras árabes hasta los más recientes como los acaecidos este ultimo año en Guatemala o en México, vemos como los habitantes de las ciudades exigen en las calles cuestiones básicas como el aumento de la calidad social y ambiental de nuestras ciudades, mayor justicia y transparencia en el modo que se gestionan, mayores niveles de integración y de generación de relaciones sociales, … y en general un mayor desarrollo del bienestar de las personas que las habitan.
Todas estas exigencias están iniciando a producir un cambio incipiente en los modelos de gestión, así como la incorporación de nuevas medidas e instrumentos dirigidos al aumento de la participación y la implicación de la ciudadanía en las tomas de decisiones.
Desde la asociación Ítaca Ambiente Elegido, y a partir del entusiasmo y los conocimientos de una serie de técnicos y profesionales de ámbitos tan diversos como la arquitectura, el urbanismo, la biología y las ciencias ambientales o la cooperación y la educación para el desarrollo, proponemos toda una serie de actividades lúdicas educativas y de formación destinadas por un lado a la capacitación de todos los ciudadanos sobre las distintas cuestiones teórico-prácticas que encierra el ambiente en el que habitamos otorgándoles unos conocimientos básicos y aumentando así el nivel de la calidad de los resultados de dicha participación , y por otro, a la inclusión en dichas actividades de mecanismos de sensibilización, que permitan concienciar a todos los habitantes de lo realmente importante de su vinculación a dichos procesos, consiguiendo así un aumento del número de implicados en los procesos participativos.